22 de octubre de 2012

Somos un estado fallido


No se puede entender lo que está pasando sin echar una ojeada a nuestros siglos XIX y XX. No se puede entender al mudo y su troupe, y a mister hyde y la pisitos dentada, sin conocer que nos ha llevado hasta aqui.

El siglo XIX, es el de la consolidación de la casta, la mayor parte de ella tiene ahí sus orígenes, en las sucesivas desamortizaciones, en el tráfico de negros y en los pelotazos inmobiliarios que se realizan con los ferrocarriles y los ensanches de Madrid y Barcelona, (pobre Ildefonso Cerdá, aun hoy olvidado, proscrito y maldito). Mientras tanto, el estado que no tiene dinero para continuar la obra de final de la Ilustración, hace almoneda de los empleos públicos -he ahí el origen de los registradores y notarios, no hace tanto muchos otros empleos públicos cobraban por arancel-, y tiene al cacique como piedra angular (castuza). Para acabar de arreglarlo, los ultramontanos siembran la semilla de las nacioncitas (carlistas).

El final del siglo XIX es catastrófico, y las voces que a lo largo del siglo han pedido la regeneración del país (los transicionistas), como eran Sixto Cámara, Pascual Madoz, Rafael María de Labra, Joaquin Costa, se vuelven clamor unánime. No pasa nada, para eso está la aventura imperial de perra gorda (marruecos), y el dinero fácil que llega a espuertas durante la primera guerra mundial.

El cáncer de la aventura imperial de perra gorda (lean a Sender por favor), impide que este pais avance durante la época de los años 20, hasta que nos golpea la crisis del 29 y la transición del pais se frusta (guerra civil), después 40 años de plomo, en los que perdimos todos y cada uno de los trenes de la modernidad; hasta que paquito se murió en la cama (que no se nos olvide), y todos pensamos que ibamos a ser felices y democráticos. No, los nietos, biznietos y tataranietos de aquellos del siglo XIX, ahí estaban, dispuestos a que todo cambiara para que todo siguiera igual, sus mamandurrias ni tocarlas, y los caciques si que han sabido maquillarse, ellos a lo suyo (sería cuestión de hacer un estudio sobre las diputaciones provinciales).

Ahora estamos como a finales del siglo XIX, hay voluntad, ganas y maderas para que este país sea lo que tiene que ser, pero los de siempre tienen claro que eso significaría su extinción, así que defienden a capa y espada su parcela, sus privilegios, su parcela, su castillo; si para eso se tienen que cargar el pais, se lo cargarán, antes le pego fuego que me lo quiten.

Tenemos aliados (de circunstancias, pero aliados), el NHD es muy poderoso (en la zona cero ya está el inmobiliario en caida libre), por favor, centrémonos en el cambio del pais, no les dejemos que sigan enfrentándonos entre nosotros, ellos son el enemigo, no el vecino de 50 kilómetros mas arriba.



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