11 de marzo de 2013

El tema de las pensiones privadas es muy delicado


http://www.guardian.co.uk/business/2010/jan/31/british-airways-final-salary-pensions

Al final las compañías con esquemas que incluyen promesas de prestaciones a un nivel real preestablecido ("prestación definida") en general no van a estar a la altura de lo que han ofrecido, y ello por motivos que enlazan con las perversiones del sistema financiero y las realimentaciones viciosas público-privado:

-Predecir la inflación es dificilísimo y una masa patrimonial con la inercia que tiene un plan de pensiones (madurez media de quizá 20 años una vez alcanzado el estado estacionario) es muy sensible a mínimas variaciones en el escenario previsto, y eso sobre una línea de tendencia, las cosas empeoran cuando (como ocurre en la realidad) hay enormes fluctuaciones en ambos sentidos por el camino.

-Los mercados financieros evolucionan al rebufo de la expansiòn monetaria y es muy probable que a los años dulces que hemos vivido (ya 3 décadas) les suceda un largo "bear market", o al menos "lateral" con alta volatilidad, porque la demografía de Occidente (y de parte de Oriente) no es consistente con rendimientos crecientes, aparte el famoso "efecto derretimiento" cuando las extracciones sean superiores a las aportaciones.

-La tendencia a la baja en los salarios de los nuevos entrantes es otra constante global (dobles escalas, subcontrataciones, etc), con lo que, dado que estos planes son conjuntos autocontenidos (no cabe solidaridad de VW a Siemens ni nada parecido), será poco viable mantenerlos -como se hace con los estatales- aumentando la contrìbución de los partícipes más jóvenes : además las compañías en general hace años que han cerrado el acceso a esquemas de prestación definida, cambiándoselos a los más jóvenes por los de "contribucion definida", que es una total transferencia del riesgo; "contribución definida" significa literalmente "tú afloja año a año que cuando te jubiles ya veremos".

-Los déficits se han ido a generar justo en vísperas de la retirada de muchos babyboomers y probablemente no quedará otra que tratar de negociar con ellos pensiones más pequeñas, una edad a partir de la cual no habrá revalorización, etc. El cálculo actuarial, con toda su apariencia científica, no deja de ser una superchería una vez perdido el control de la masa monetaria y con ello de la posibilidad de crear de modo ágil modelos de valoración realistas.

Vamos, que al final la cosa es como en las pensiones públicas pero con mayor riesgo por el mucho menor tamaño del "pool" de asegurados al que se une la nula capacidad coercitiva de las compañías privadas para imponer exacciones extraordinarias siquiera a sus empleados corrientes (el Estado puede imponérselas a sus ciudadanos actuales y futuros).  Con los nuevos modelos, lo que tenemos es el "cerdito" de toda la vida vestido con terminología técnico-financiera para impresionar.

Si será difícil esto de calcular correctamente los haberes futuros que precisamente en el sector financiero es donde en España aquellos pocos afortunados que tienen poder decisorio sobre sus remuneraciones presentes y futuras se han diseñado un esquemita de "retiro" que básicamente consiste en calcular los años de vida remanente, multiplicar por el salario actual (sumando bonus), y a cobrar. De ahí los €56M de Amusátegui o los €108M de Corcóstegui (el primero es mucho más viejo) y los recientes de Luzón, que parece que se los abonarán "a plazos" porque el banquito va mal.

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